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La gente paga lo que no rompió: nuevas historias, viejas culpas

A mi amiga Amalia, que merece gozar de un nuevo amor sin ser presa del pasado.

La mochila emocional que todos llevamos

Siempre he imaginado la vida como un largo viaje a lo desconocido, al comienzo a todos se nos asigna una maleta tan grande como nuestra mente y alma, en la cual podemos guardar experiencias, personas, enseñanzas y un sinfín de cosas que consideremos importantes o nos hayan marcado, ya sea para bien o para mal. Cada quien es dueño de su maleta, pero pareciera que eso no facilita el asunto al querer deshacernos de ciertas cosas que ojalá nunca hubiéramos guardado. 
Nuestra maleta nos acompaña en cada etapa de nuestra vida, pero a veces, al pasar de una relación a otra, la maleta acaba siendo más grande que la relación misma, porque sí, arrastramos todo nuestro pasado a una nueva historia.

Pero, ¿Por qué? – El eco de las heridas pasadas

Recuerdo cuando era pequeña, que mi pie se deslizó por unas escaleras que tenían sólo peldaños, pero no un respaldo entre ellos, casi me caigo, y pudo haber sido peor, pero ese leve susto me bastó para tenerle terror a ese tipo de escaleras hasta el día de hoy, pienso que en todas me caeré, me da vertigo mirar el piso entre los peldaños y sentir que perderé el equilibrio, lo cual no es tan probable que suceda, ya estoy grande, tengo mejor control en mis movimientos que cuando tenía 4 y tengo muchísima experiencia subiendo escaleras, pero aún no deja de asustarme la pequeña probabilidad de resbalar. Nuestro cerebro funciona de manera similar al entrar a una nueva relación, sobre todo si no es nuestra primera, el ya tener una referencia nos hace creer que las cosas que suceden con esta nueva persona, tendrán un resultado similar al anterior -¿no me ha respondido en horas? DEFINITIVAMENTE HAY ALGUIEN MÁS – cuando la realidad es que; tuvo un día extremadamente agotador y está dormido, se le descargó el teléfono mientras hace trámites o está en una junta familiar y el bebé de la familia le preguntó si tenía jueguitos en el teléfono.
Nuestro instinto de protección nos obliga a buscar patrones similares para no salir lastimados una vez más, pero debemos tener en claro algo, no todas las acciones similares tienen el mismo resultado, nosotros lo interpretamos de esa manera porque es lo único que existe en nuestra realidad. 

El problema: seguimos viendo a nuestro ex en nuestra nueva pareja 

Vamos a referirnos a los ex como “1” y a la nueva persona como “2”. Como mencioné anteriormente, el fantasma de las experiencias que vivimos con “1” constantemente atormentará nuestra relación con “2”, no porque extrañemos a “1” ni algo por el estilo, sino porque sus constantes traiciones, mentiras y formas de crear inseguridades, adoctrinó nuestro cerebro para que cada vez que evidenciemos situaciones similares, por más inofensivas que sean, tengamos el miedo de acabar traicionados con un puñal en el pecho, y como el ser humano está constantemente intentando sobrevivir, vamos a querer evitar a toda costa cualquier realidad que vivimos con “1”, ahí es donde viene el autosabotaje,
porque nadie aseguró que acabaría mal, pero prefieres arruinar algo sano a volver a pasar por lo mismo, y es válido.

¿Cómo diferenciamos el instinto de la paranoia?

Por muchas inseguridades que nos haya dejado una relación pasada, reflejar a la persona anterior en tu nueva pareja, sólo hará que conozcas a tu ex dos veces. No le darás la oportunidad a 2 de que lo conozcas por quien realmente es, sino a través de 1 y de las inestabilidades que te dejó, porque tú misma le darás estereotipos a esta nueva persona, le darás falencia, siendo que 2 puede ser alguien completamente distinto, pero tú lo encasillas en 1.
Sé que cuesta y no podemos simplemente configurar nuestra mente para que el pasado no nos persiga, las cosas no son tan sencillas, aún vendrán a ti pensamientos que te mantendrán despierta y crearás escenarios que te incomodarán, pero, ¿es todo esto real? no, ¿lo malo? nuestro cerebro no distingue lo real de lo ficticio, y podemos sufrir tanto por algo que nos inventamos como lo haríamos si eso realmente hubiese pasado. Diferenciar el instinto puede ser complicado, pero no imposible, si existe una situación que te genera incomodidad, intenta razonar y hallar una base lógica a la situación, si lo logras, es muy probable que sea instinto, pero si te hallas creando suposiciones sin evidencia clara, considéralo paranoia. La paranoia persiste y nos atormenta incluso si la amenaza ya desapareció, y constantemente exageramos la gravedad de la falsa o leve amenaza sin siquiera tener evidencia que respalde el cómo nos sentimos.
No se trata de ignorar red flags, sino de aprender a distinguir entre advertencias reales y un miedo infundado, la nueva persona en nuestra vida merece las mismas oportunidades que alguna vez le dimos a la anterior, sin embargo, recordemos que eso no significa ignorar nuestros limites personales. Podemos otorgarles el beneficio de la duda, pero eso por ningún motivo quiere decir que debamos sacrificar nuestra paz en el proceso. Cada relación es diferente, y aunque debemos dejar de lado las comparaciones, es válido y correcto mantenernos fieles a nuestros límites y valores, si algo va en contra de nuestros principios o expectativas, estamos en todo derecho de comunicarlo sin sentir que las traiciones del pasado nos dominan, la idea es buscar un equilibrio que respete tanto nuestras necesidades como las de nuestra pareja.

¿Y si me acaba decepcionando de todas formas?

Todo lo que acabamos de conversar no elimina la posibilidad de que esta nueva persona te acabe decepcionando, pero tampoco las aumenta. Lo que hay que entender es que, si esta persona debe decepcionarte, deja que lo haga por lo que es, pero no por lo que alguien más fue, que tenga su propia forma de defraudarte, o en su defecto (no tan defecto) que tenga su manera de sorprenderte y de demostrarte que sólo tuviste un prejuicio. 
Deja que las personas te decepcionen por lo que realmente hacen y no por lo que temiste que hicieran, el fantasma de nadie debería vivir en nuestra nueva pareja. Aunque nuestras experiencias pasadas nos moldean, no debemos cargarles errores ajenos a personas nuevas, no todos están aquí para repetir heridas del pasado, da el espacio para un nuevo comienzo con una mentalidad abierta.

¿Has pasado por situaciones similares? ¿Cómo manejaste tus limites y expectativas junto a los miedos del pasado? ¡Me encantaría leerte!

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